¿Cómo afecta la energía en la sociedad?
La energía es uno de los pilares fundamentales del progreso humano. En la actualidad, el papel del sistema energético constituye una de las prioridades de la agenda científica, política, económica y social, dadas las amplias repercusiones que tiene sobre el conjunto del planeta.
El previsible agotamiento de los recursos de origen fósil y el cambio climático como consecuencia de las emisiones de efecto invernadero generan una serie de desafíos que trascienden a los actores individuales y los ámbitos nacionales y exigen la búsqueda de soluciones comunes.
La energía tiene impactos positivos y negativos en las sociedades. El acceso a una energía abundante, asequible, segura y limpia es beneficioso para los seres humanos.
Pero la extracción, el transporte y el uso de la energía pueden tener consecuencias negativas para la salud, el medio ambiente y la economía de una sociedad. Además, depender de la energía importada puede crear vulnerabilidades en la seguridad de una nación.
Los impactos de las decisiones energéticas no son iguales para todas las personas. Las sociedades pobres o marginadas tienen más probabilidades de sufrir las consecuencias negativas de las decisiones energéticas porque tienen una menor capacidad de adaptación y pueden carecer de poder de negociación en comparación con las sociedades más ricas.
Por lo tanto, las poblaciones vulnerables pueden beneficiarse enormemente de las mejoras en la accesibilidad, seguridad o asequibilidad de la energía.
Este tema también plantea el problema fundamental de que el mundo depende en gran medida de un suministro finito de combustibles fósiles. A medida que aumenta la demanda y escasea la oferta, el problema se agudiza, con consecuencias económicas y sociales potencialmente graves.
Se puede considerar las formas en que la energía puede repercutir en la economía, la seguridad, el medio ambiente y la salud de las sociedades. Los suministros de energía se comercializan a nivel mundial y los efectos del uso de la energía tienen consecuencias en todo el mundo, por lo que se puede apreciar el alcance expansivo de las cuestiones energéticas.
Esto es especialmente importante, ya que las economías en desarrollo se esfuerzan por alcanzar las altas expectativas de calidad de vida, lo que se traduce en un fuerte aumento del consumo de energía en las naciones en desarrollo.
